Para realizar este reto semanal, me he decantado por la opción 1, en la que haciendo una reflexión en torno a los que podemos hacer cada uno en nuestro ámbito como empleado publico para impulsar la igualdad de trato y no discriminación, considero que en el contexto de instituciones penitenciarias hay un camino evidente que recorrer hacia el adecuado tratamiento y reeducación de los internos del colectivo LGTBI en prisiones.
Uno de los fundamentos legislativos, recogidos en el artículo 25 de la constitución española es el de que Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y que el condenado a pena de prisión que estuviere cumpliendo la misma gozará de los derechos fundamentales de este Capítulo, a excepción de los que se vean expresamente limitados por el contenido del fallo condenatorio, el sentido de la pena y la ley penitenciaria. Derechos fundamentales que, a mi juicio, no están debidamente garantizados para el colectivo LGTBI en el actual contexto penitenciario. Así mismo, conforme a lo establecido en el artículo 16 de la Ley Orgánica General Penitenciaria, los internos serán separados en el interior de los Establecimientos teniendo en cuenta, con carácter prioritario, los criterios de sexo, edad y antecedentes delictivos y, respecto de los penados, las exigencias del tratamiento. Separación interior que no en todos los casos, se hace teniendo en cuenta, la identidad de género del penado.
Creo que desde las instituciones públicas competentes, en este caso la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, como los profesionales del ámbito penitenciario, debemos hacer una reflexión acerca de la situación en la que se encuentran las personas LGTBI en prisión, en muchas ocasiones estos internos son trasladados a módulos teniendo solamente en cuenta una concepción biologista de la sexualidad, lo que ocasiona multitud de situaciones discriminatorias y que ponen en riesgo el sentido de la pena de estas personas.
Para ello los profesionales de la institución debemos poner en marcha, de manera urgente, un protocolo de actuación para afrontar esta situación y formarnos en las herramientas adecuadas para llevar a cabo nuestra labor sin incurrir en un posible favorecimiento de situaciones de indefension y discriminación del colectivo LGTBI en prisión.
STOP LGTBIFOBIA EN PRISIONES.
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